Llevo un mes dedicado en exclusiva a escribir canciones para el próximo disco de Despistaos. Las obligaciones diarias y las continuas distracciones hacían imposible que me concentrara lo suficiente. Así que opté por el retiro. Os escribo desde el salón de una casa en un pueblo de Guadalajara donde he vivido completamente solo y pegado a una guitarra 24 horas al día. Aquí, llegué con una sola canción terminada y me iré mañana con un buen puñado.
He tenido bastante tiempo para dedicarme a escuchar música. Que no es lo mismo que oír. Solo sentarme y entregarme por completo a disfrutar de cada nota, de cada rima.
Os voy a hablar de envidia. De envidia sana. De esas canciones que escuchando detenidamente he pensado alguna vez: «¡Ojalá se me hubiera ocurrido esto a mi!». Os dejo una lista de reproducción para que podáis escuchar esta selección. Son, todas, canciones que a mi me mueven algo por dentro cada vez que suenan.
Media Veronica Andrés Calamaro
«La vida es una cárcel con las puertas abiertas.».
La prolífica carrera de Andrés Calamaro nos ha dejado mil momentos gloriosos. Después de sus años en Los Rodriguez y con un dominio absoluto a la hora de escribir canciones, Andrés volvía a retomar su carrera en solitario con este Alta Suciedad. Rimas consonantes bien resueltas y con una gran sonoridad. Juegos de palabras con esdrújulos guiños taurinos y una historia desesperanzadora que te deja con la «tripa revuelta».
Cambio de planes Los Secretos
«Y recordé su voz bromeando en las tardes, diciéndome: ¿qué harás si hay cambio de planes?».
Hablando de tripas revueltas… Esta canción de Los Secretos me toca alguna fibra interna y me deja siempre con el cuerpo raro. La letra es tremendamente melancólica pero yo diría que es su melodía la que tiene algo de mágico. Ese algo especial que necesitaría toda canción y suele ser muy difícil de conseguir.
Peces de ciudad Joaquín Sabina
«En Comala comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver».
Una vuelta al mundo dentro de una canción que siempre me viene a la cabeza cada vez que estoy de viaje. Probad a escucharla a través de unos auriculares mientras paseáis por cualquier ciudad lejos de casa. Una genial canción que compuso Joaquín junto a Pancho Varona como él mismo contó hace algunos años en su blog. A veces se te ocurre una frase brillante que hace que la canción valga la pena. Joaquín Sabina llena sus canciones de esas frases. Un ejemplo de como escribir canciones.
Mi primera combustión Love of Lesbian
«Seis años después reapareces y, hablando sola, resumes tu noria de vida en un solo café».
Una producción muy sencilla para esta canción que baila entre la ternura y la mala leche. Creo que la chispa de esta canción está en la historia que cuenta y la forma en que está contada. Tanto que me ha servido de inspiración directa para una de las canciones que irán al próximo disco.
Dónde está el final Revolver
«Y aunque corra con el riesgo de volverme a equivocar seré sincero: uno siempre sabe donde está el final».
No sé hasta que punto se notará la influencia de Revolver en el disco pero creedme que ha estado muy presente. Cada vez que me quedaba bloqueado pensaba «¿qué haría Carlos Goñi en esta situación?». He repasado varias veces toda su discografía buscando ideas que me ayudaran a seguir adelante y desde luego, estoy muy satisfecho con el resultado. Esta mañana me he levantado cantando esta canción y lo primero que he hecho es escucharla. Es la canción que cierra «8:30 AM», un disco en el que creo que Carlos Goñi estuvo especialmente inspirado. Es difícil escribir canciones que se desarrollen a lo largo de 5 minutos sin que se hagan largas. Me gusta su letra cargada de melancolía pero con un carácter optimista a pesar de todo. Una canción para ayudarte a asumir los finales.